lunes, 26 de marzo de 2012

Se me ha roto el fondo del bolsillo ....

   Si me dijeran : ´´describe tu vida en una palabra`` yo te diría : ´´te compro dos frases``.Las cosas son así en mi vida. Si lo quiero , lo compro , y punto. Una vez mi padre me dijo una frase que pensé que nunca podría olvidar , pero que en algunos momentos se me olvida , sobretodo cuando estoy derrochando mi riqueza aquí y allí : La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da.
   Pero mi historia no empieza hasta un fatídico día de Noviembre. Era mi cumpleaños y mis tíos me regalaron un yate en el que hice mi fiesta. ´´El mejor`` se llamaba el yate. Fuimos por toda la costa del Mediterráneo durante tres días hasta llegar a Italia. Nos lo pasamos de miedo pero cuando volví mi padre se sentó a hablar seriamente conmigo. Comenzó hablando de economía, siguió por política y acabó diciéndome que había gastado una barbaridad en mi cumpleaños. Yo no lo ví para tanto y me enfadé mucho con él. Al día siguiente cogí mis cosas y me fui a la casa de verano para poder estar solo sin nadie que me riñera. Pero al llegar allí vi que había alguien dentro. Miré y había una familia que , al parecer , se había mudado a vivir allí. Llamé a mi padre y me contó que estábamos perdiendo mucho dinero y que era necesario venderla. También me contó que vendió otras propiedades , entre ellas barcos y coches.       
En aquel momento me sentía furioso al ver que mi padre no había sabido cuidar de ´´nuestro`` dinero y que ahora sufriría yo las consecuencias. Pero no era así. La culpa la tenían mis salidas de fin de semana que se alargaban hasta el miércoles y mis caprichos interminables que no pude controlar. Pero eso no se me pasó por la cabeza en ningún momento. Cogí mucho dinero y me fui de fin de semana a Las Vegas.
Al volver mi padre no estaba enfadado conmigo. Directamente me dijo algo que me hizo enfadarme conmigo mismo :desde pequeño te hemos dado todo lo que has querido y no te ha importado. Has seguido con tu vida de rico y con tu bolsillo roto. Pues te voy a decir una cosa hijo mío , que espero te marque el resto de tu vida , he fallado una y otra vez en mi vida pero he trabajado para conseguir mi éxito. Tú sin embargo no has trabajado y recogerás lo que vas sembrando. Tus amigos no son tus amigos y tu padre ya no te considera como hijo.Y ahora que estás solo , ¿piensas usar de moneda de cambio tus experiencias como rico o vas a intentar no ser pobre para tener moneda de cambio?.
     En aquel momento mi corazón tuvo un intervalo de latidos bastante descoordinados. Mi padre , no se nada de él desde hace unos años pero ha dejado de salir en las noticias y en los periódicos por lo que no creo que haya recuperado su riqueza ni mucho menos. Mi madre tengo entendido que se divorció y está con mis tíos en alguna parte de Alemania y yo ... camino sin rumbo y con veintidós años y sin estudios. Vivo en una casa de un pequeño  pueblo de Madrid y trabajo en un bar como camarero. Mi árbol del dinero se secó hace ya un tiempo y estoy a punto de estallar. Mi dinero me cegó igual que a un perro una chuche o  a un niño un juguete.Me había convertido en un peón en el centro del tablero que es el mundo y rodeado de torres, alfiles y caballos que son todos esos ricos oportunistas que buscan sacarte el dinero como sea. Desde entonces me miro al espejo cada mañana y me digo : Antes era objeto , ahora soy sujeto.



 FIN
   

                   

2 comentarios:

  1. Impresionante relato... Me recuerda una de mis encarnaciones... o quizás una parábola de autor noventayochista... Pero el tuyo me gusta más ;-) Así se hacen los/as artistas.

    ResponderEliminar
  2. Las últimas frases complementan muy bien al texto y está bien redactado. Un buen ejempo el del protagonista.

    ResponderEliminar