"A través del discurso de
los emigrantes retornados pode-mos apreciar que todos han vivido las
consecuencias de la Guerra Civil, lo que se traduce en una vida de trabajo
muy poco rentable, una vida de lucha de temor y de miseria, además de
un fuerte afán de superación. El motivo de dejar España para ir a trabajar
a otro país varía de unos individuos a otros. Así lo refleja Cazorla
(1981,172). No todos partieron por las mismas causas, no todos tenían los
mismos motivos para emigrar, a unos les costó más que a otros dejar su
tierra... Lo que sí creemos que influyó considerablemente fue la precariedad
del trabajo que tenían aquí y el atractivo de las personas que venían
de vacaciones con ostentosos “lujos” materiales, mostrando sus “triunfos” o, lo
que venía a ser igual, aquellas personas a las que no se conocía pero
que “de oídas” se sabía que les iba bien la vida (grupos de
referencia).
De ahí surgía la idea de que los
nuevos emigrantes en poco tiempo también volverían con una base económica que
les proporcionaría mejor posición económica y social".
p. 221
"Con respecto a
la educación de los hijos, en todos nuestros testimonios se manifiesta que
la experiencia ha sido buena, pese a constituir un tema difícil, y
comparando la enseñanza en el país de destino con la que recibe en España se
comenta:
En ese aspecto (la enseñanza),
todo nos fue bien. Mis hijos hicieron sus aprendizajes.... Saben leer y
escribir en los dos idiomas (Miguel).
Y el mismo entrevistado continua
diciendo:
En Francia no es como aquí, que
cuando cumples los dieciséis ya te echan de la escuela. Allí, antes de poner al
niño en la calle, se ocupan de que aprendan lo que sea. Porque hay personas que
no prometen en los estudios (Miguel).
Se destaca el discurso del éxito
en el sistema escolar, vinculando más a la buena adaptación que han tenido sus
hijos, a la imagen social, que al rendimiento cadémico, que no están
en condiciones de evaluar,
pues la mayoría no ha completado sus estudios
primarios"
p.245.
"El retorno no se puede
enfocar como un hecho aislado, sino como un fenómeno global que implica la
vuelta a unas situaciones, durante mucho tiempo añoradas e idealizadas por la
distancia. Se trata de un tema con múltiples connotaciones vivenciales. Está
vinculado al grado de integración en el país
anfitrión y al sentimiento de pertenencia que tenga el emigrante
con respecto a su país de ori gen. Muchas veces se fomenta intencionadamente
este sentimiento de pertenencia por los
medios de comunicación (Radio Exterior, la
revista Carta de España, etc.), que buscan mantener vivo el contacto del emigrante
con España.
La sociedad anfitriona será
siempre un importante marco referencial que provocará en los emigrantes
retornados sentimientos contradictorios.
(...) Mi mujer y yo siempre
tuvimos claro el volver a España.... Hoy, a mis hijas y a mi mujer no les
importaría en absoluto volver, están deseando.... Nosotros allí hemos vivido
muy bien (Francisco).
A pesar de esta contradicción,
podemos encontrar cientos de ejemplos que nos acreditan que todo emigrante sale
con la intención de volver algún día a su tierra. La mayoría de los entre-
vistados en este estudio afirma que siempre estuvo en sus mentes la idea del
regreso no ya sólo a su país, sino a su localidad de origen y superar el
“status” que poseía cuando marchó con la ayuda de sus ahorros adquiridos a
lo largo de los años de trabajo en el exterior Cazorla 1981,174). El
deseo más fuerte del que emigra es volver y recibir las alabanzas de
su familia y de su pueblo (Cazorla 1989)".
p. 247.
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