miércoles, 21 de marzo de 2012

Bolsos, móviles y otras drogas




            Beatriz es una joven de veinte años, es alta, morena, atractiva, muy alegre, competitiva, inteligente y algo cabezota. Esta estudiando segundo de derecho, es muy constante en los estudios y suele sacar buenas notas. Tiene muchos amigos y todos la consideran una persona encantadora. Aun vive con sus padres, ya que no puede permitirse alquilar un piso. Desde hace varios meses trabaja como camarera en un bar, y con el dinero que gana lo aporta a su casa, ya que a su padre lo echaron del trabajo hace poco; bueno, no todo lo aporta a su casa, más de la mitad se lo gasta en bolsos, y en la factura del móvil.

            Ella sabe que gasta demasiado en esto último, pero no puede evitarlo, no podría vivir sin tener la certeza de que esté donde esté, vaya donde vaya, tiene Internet, cobertura y saldo para llamar; al final su única solución fue contratar tarifa plana. Y claro tener Internet en un móvil antiguo era absurdo, así que se compro un Iphone, poco después le ofrecieron un Samsung Galaxy por solo 30 €, no aceptarlo hubiera sido desaprovechar una gran oportunidad, así que lo compró. Y así hasta llegar a cinco móviles en seis meses. Ahora mismo tiene una Blackberry, y  claro eso supone un gasto adicional, las fundas. Las tiene amarillas, verdes, rosas, azules, naranjas, con flores, con lunares, con banderas, etc.

          
           Su otra pasión son los bolsos, al principio solo los usaba para llevar cómodamente, las llaves, el móvil, los pañuelos, etc. Pero a medida que fue creciendo los empezó a usar como complemento, y claro, se compro un bolso baquero, otro de flores, otro blanco, y prácticamente uno por cada conjunto de ropa que tenía. Al principio se los compraba en Blanco, en Bershka, y en otras tiendas de ropa, que es donde son más baratos, pero a medida que fue creciendo su poder adquisitivo fueron encareciendo sus bolsos. Últimamente  lo que más compra son imitaciones de marcas de prestigio.

            Ding-dong, suena el timbre, Beatriz corre a abrir la puerta, es Marina una de sus mejores amigas, viene a recogerla para salir un rato. Van a ir a dar una vuelta al centro.

-Bea, date prisa-le mete prisas su amiga-nos esperan abajo.

-Espera, cojo el bolso y el móvil, y nos vamos.

-Corre, ¡date prisa!

-¿Qué bolso me pega más el blanco, o el baquero?

-Coge el que quieras

-Ya voy-dice saliendo por la puerta con un el bolso vaquero, lleva la Blackberry en la mano.

-Que pasada de funda llevas, es vaquera, igual que el bolso.

            Cuando llegan abajo se encuentran con las demás, cogen un autobús y en media hora están en la Campana, lo primero que hacen cuando llegan es entrar en el  Starbucks-ir al centro y no entrar, era ya impensable para ellas, aunque fuera caro- y cada una se gasta 5 en café. Deciden dar una vuelta por las tiendas, pero sin intención de comprar nada. Mientras pasean van todas usando sus móviles.

            Pero de repente, un bolso de Desigual, es perfecto, pero cuesta 96€, justo lo que faltaba para pagar la hipoteca en su casa ese mes. Nunca se había enfrentado a un dilema como ese, finalmente, tras discutirlo con sus amigas, lo compro.

            Ahora de vuelta a casa, mirando por la ventana del autobús, con su bolsa de Desigual en las manos, se arrepiente de su compra. No debería haberse gastado un dinero que no tenía, su adicción a los bolsos había llegado demasiado lejos. Vivía rodeada de un lujo, de un exceso que no podía permitirse. Ya lo ha decidido, mañana mismo devolverá el bolso a la tienda.  



                                                                                  

           

5 comentarios:

  1. Hay adicciones peores, pero no más costosas :-)))

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  2. A mi me encanta todo lo que escribe María. Va para escritora :-)

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  3. Yo ya se lo dije cuando leí el primer escrito suyo en primero, en clase de lengua. Es un escritora encerrada entre las rejas de su razón.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  5. esta super bn redactao desde mi punto de vista me encanta maria jaja:)

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